viernes, 21 de septiembre de 2012

LA PÉRDIDA DE IDENTIDAD NACIONAL EN EL DISEÑO CURRICULAR
Por: Juana Condori Mamani
En este trabajo se pretende reflexionar respecto a un diseño que contemple la cultura como un aspecto esencial en la construcción de un curriculum de acuerdo a lo intercultural e intracultural.
En este nuevo contexto que se está viviendo en Bolivia, se intenta recuperar la identidad de una educación, implementando nuevas políticas públicas en este campo para elevar la calidad educativa que ha sido abandonada por mucho tiempo.
La globalización nos ha invadido con medios de información que no han servido mucho para comunicarnos verdaderamente, asumiendo comportamientos fuera de nuestra realidad.
Existen muchas situaciones en las instituciones educativas, nos encontramos con estudiantes que no tienen orientación respecto a lo que significa tener una identidad, sólo nos limitamos a cantar y bailar nuestro folklore. No se aplica en la elaboración del curriculum actividades que se relacionen estrechamente con los conocimientos tradicionales de los antiguos pueblos, como por ejemplo desconocemos el campo de la floricultura o métodos del cuidado de la naturaleza.
La identidad, interculturalidad e intraculturalidad, términos para el cambio
Cuando queremos realizar la construcción de un diseño curricular lo realizamos sobre muchas disciplinas, con conceptos amplios de culturas ajenas a la nuestra. Para compartir con los estudiantes un sentido de identidad nacional se debe entrelazar con los términos de interculturalidad e intraculturalidad.
La identidad en general, se refiere a un grupo de rasgos propios que específica a un individuo o colectividad que los caracteriza frente a otras personas o sociedades, en este sentido se puede definir a la identidad como “…un sistema de símbolos y de valores que permite afrontar diferentes situaciones cotidianas. Opera como un filtro que ayuda a decodificarlas, a comprenderlas para que después funcione.” (Secretaria de Estado para la Cooperacion al Desarrollo de Bélgica, 2002)
Para esto, como docentes necesitamos identificarnos con el contexto en el cual elaboraremos el curriculum planteándonos una serie de preguntas como ser:
¿Qué conocimientos se socializará?
¿Qué clase de conocimientos impartiremos?
¿Para quiénes elaboraremos este trabajo?
¿Cuál es el contexto que se vive?
Para respondernos a todas estas preguntas, nosotros primero debemos asumir una identidad  para transmitirla y contribuir a tomar una identidad social y cultural.
El autor brasileño, Paulo Freire,  se refería a que los profesores como los estudiantes deben contribuir al cambio con el “principio de diálogo” y se refería a que el proceso educativo “… debe partir de la realidad que rodea a cada individuo” (Freire, 1969)
Para este contexto es necesario relacionar lo que significa la interculturalidad y la intraculturalidad en el diseño  curricular, puesto que no pueden considerarse separadas, más al contrario están íntimamente ligadas.
Según la escritora Nila Vigil, la interculturalidad más que un concepto es una realidad y cuando se habla de la misma no solo “debemos no solo referirnos a la meta de las relaciones más armónicas entre las distintas culturas que coexisten en nuestro país, sino también el reconocimiento de que existe conflicto entre las mismas y que estas relaciones conflictivas son una traba para el desarrollo del país”. (Vigil, 2010).
De este modo, la interculturalidad ha reflejado la interrelación que hay entre culturas, para rescatar y compartir los saberes y conocimientos.
Respecto a la intraculturalidad, se ha considerado hasta el momento como una promesa de respetar y reconocer la esencia de una cultura, manteniendo un equilibrio  y complementación en relación a otras culturas (interculturalidad).
La interculturalidad y la intraculturalidad se presentan como un proceso de descolonización donde se reconocería la autonomía del individuo de los grupos sociales y culturales para el fortalecimiento de una identidad nacional.
Se trata de desprendernos del gran dominio que ha tenido la “educación bancaria” considerada como un “recipiente del saber”, términos empleados por Paulo Freire. Esto no significa enajenarnos de esos conocimientos sino de rescatar nuestros saberes tradicionales, puesto que no hay conocimientos absolutos o supremos.
El diseño curricular no debe ser conformista, al contrario debe despertar la inquietud de los estudiantes para provocar la transformación  recreando y creando conocimientos, ideas que nos ayuden al desarrollo del país  económicamente y socialmente,  planteándonos políticas de Estado.
“El curriculum cultural propone una práctica educativa que sitúe las diferencias culturales de individuos o grupos como foco de la reflexión y la indagación educativas. Además propone dar respuesta a la diversidad cultural propia de las sociedades democráticas desarrolladas desde premisas que respetan y/o valoran el pluralismo cultural como riqueza y recurso educativo” (Vera, 2007)
“Lo subordinado debe ser incluido” una nuevo eslogan en nuestro diseño curricular.
La cultura occidental con ayuda de la globalización ha invadido nuestras culturas y las ha subordinado con la colonización de nuestros pueblos.
Nuestros saberes tradicionales fueron ignorados, marginados y calificados como inferiores. Hoy es tiempo de recuperar estas enseñanzas tradicionales, principalmente en el cuidado del ambiente. Puesto que estamos en cuenta regresiva y la naturaleza nos está pasando la factura de nuestra destrucción como seres humanos.
Es necesario trabajar y elevar la autoestima, rescatar los valores de cada estudiante para que ellos aprendan a decidir y tener su identidad marcada con actividades que ayuden a desarrollar este aspecto.
Necesitamos formar personas con la capacidad y habilidad de desarrollar sus conocimientos en lo espiritual, afectivo, intelectual entre otros; para proponer políticas que ayuden al desarrollo sostenible del país en armonía con el cuidado de la naturaleza.
Finalmente, nuestro reto es que con la estructuración del diseño curricular, el estudiante tenga una identidad marcada, con una base sólida para sobrevivir a los constantes cambios e influencia de otras culturas dominantes. Debe primar la valoración de su propia cultura que es su identidad, sin provocar un cierre de conocimientos, sino crear una armonía social entre los seres humanos y el ambiente en el que vivimos.

Bibliografía

Freire, P. (1969). Pedagogia del Oprimido. Recuperado el 07 de septiembre de 2012, de www.wikipedia.org
Secretaria de Estado para la Cooperacion al Desarrollo de Bélgica. (octubre de 2002). www.fuhem.es/ecosocial/dossier intercultural. Recuperado el 20 de septiembre de 2012
Vera, N. J. (2007). Teoría y Metodo en el Diseño Curricular Intercultural por Competencias. Mexico: El FUERTE-MEXICO.
Vigil, N. (2010). El Concepto de Interculturalidad. Recuperado el 19 de 09 de 2012, de Aula Intercultural: www.aulaintercultural.org

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